La magia de la lotería de Navidad
Muy cerquita de nuestro espacio Hub27, ubicado en plena Gran Vía 27, encontramos la Administración de Lotería más famosa de Madrid, Doña Manolita, situada en Calle del Carmen, 22.
Seguramente si eres un verdadero madrileño conoces perfectamente a Doña Manolita, y si has gastado toda tu suerte en que te toque la lotería en su Administración, no creo que te olvides nunca de ella.
Más allá de ser una figura popular, también fue un modelo a seguir para muchas mujeres, logrando sobresalir en una sociedad que excluía a las mujeres. Doña Manolita no solo construyó su propio negocio, sino que además inspiró a artistas y escritores como musa, encontrándole además en canciones de Sabina o Concha Piquer, entre otros.
Y es que estas fechas navideñas para la mayoría de españoles representan la unión familiar, la celebración con amigos, el chocolate caliente, las luces, y… las ganas de ser ricos.
Y es que nada más y nada menos que 25 millones de personas juegan el sorteo de Navidad, es decir, un 70% de la población tenemos la esperanza de que cada 22 de diciembre nuestra vida cambie por completo.
¿Y dónde creemos que está la suerte de que nos levantemos con unas cuantas cifras más en el banco? en Doña Manolita. La realidad es que esta Administración ha repartido más de 20 premios, entre ellos dos correspondientes a El Gordo, esa es la razón de que si visitas el centro de Madrid en fechas cercanas al sorteo de Navidad, te encuentres una cola kilométrica la mayor parte del día, porque está claro que supersticiosos somos, ¿quién dice que no vayas a ser tú el afortunado?
Y, aunque la gran Manolita nos dijo adiós hace más de 50 años, nos dejó una frase que quedó grabada en la memoria: “He vendido el alma al diablo, y por eso me colma de fortuna aquí en la tierra, a cambio de hacérmelas pagar todas juntas el día que estire la pata».
Su legado perdura en los años a través de su famosa frase y la magia que sigue envolviendo su nombre. Su historia muestra cómo la perseverancia, la humildad y la capacidad de soñar pueden hacernos llegar muy lejos.